La
chía o chían es una semilla que acepta muchas
formas de consumirse. Fue un alimento muy utilizado por mayas y aztecas.
Se puede consumir el agua o
refresco de chía, aunque de esta
manera no es tan sano su consumo, ya que contiene demasiada azúcar.
BENEFICIOS DE LA CHÍA
Las semillas de chía son
una importantísima fuente natural de Omega-3, cuyo efecto más importante es la
de aumentar el colesterol bueno y disminuir el malo. También evita la formación
de coágulos y placas en las arterias, previniendo de esta forma enfermedades
cardiovasculares.
La
chía es muy rica en fibras,
ideal para el correcto funcionamiento del intestino. Da una importante
sensación de saciedad, ayudando de esta manera a controlar el apetito. Al ser
puesta en agua, crece, ya que absorbe varias veces su peso en líquido,
produciendo la sensación de tener el estómago lleno.
A
la chía la podemos consumir así:
Semillas
de chía: Se remojan las semillas
en agua durante una media hora en una proporción de 9 partes de agua hervida
fría o mineral por una de chia.
De esta preparación se forma
una especie de gelatina que se puede agregar a preparaciones dulces o saladas,
como tortas, frutas, sopas, tartas, etc. Esta gelatina puede conservarse con
todas su propiedades durante varios días en la heladera.
Harina
de chía: La
harina de chía puede incorporarse
a cualquier tipo de preparación que lleve este ingrediente, como tartas, fideos,
tortas, etc. Se añaden 3 o 4 cucharadas por cada kilo de harina común.
Aceite
de chía: El aceite es aún más
concentrado que las semillas en omega-3. Es mejor consumirlo frío.
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